VISION
 

“Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará; y con ciencia se llenarán las cámaras de todo bien preciado y agradable. El hombre sabio es fuerte, y de pujante vigor el hombre docto. Porque con ingenio harás la guerra, y en la multitud de consejeros está la victoria”

Proverbios 24:3-6

 

En el Principio

 

En Abril 17 de 1994, en los comienzos de esta congregación (Nueva York, USA), en medio de una noche de oración, Dios nos visitó y nos habló claramente que debíamos enseñar Su justicia, verdad,  caminos, y mandamientos. La palabra Rema que Dios nos trajo para esto fue Isaías 62. Fue tan fuerte aquella palabra que produjo en nuestros corazones dirección, convicción, y metas. Los resultados fueron evidentes y asombrosos. Desde entonces Dios ha puesto un profundo deseo por su Reino, sus leyes y mandamientos, y nos enseñó y renovó el entendimiento para volver a Sus caminos, a Sus sendas antiguas. Creemos que Dios nos llamó a ser un estándar de Justicia y Verdad, es decir una Verdad Viviente.

 

“Por amor de Sion no callaré, y por amor de Jerusalén no descansaré hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación se encienda como una antorcha. Entonces verán las gentes tu justicia, y todos los reyes tu gloria; y te será puesto un nombre nuevo, que la boca de Jehová nombrará. Y serás corona de gloria en la mano de Jehová, y diadema de reino en la mano del dios tuyo. Nunca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Desolada; sino que serás llamada Hefzi-bá (Mi deleite está en ella), y tu tierra, Beula (Desposada); porque el amor de Jehová estará en ti, y tu tierra será desposada.  Pues como el joven se desposa con la virgen, se desposarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo. Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas; todo el día y toda la noche no callarán jamás. Los que os acordáis de Jehová, no reposéis. Ni le deis tregua, hasta que restablezca a Jerusalén, y la ponga por alabanza en la tierra. Juró Jehová por su mano derecha, y por su poderoso brazo; Que jamás daré tu trigo por comida a tus enemigos, ni beberán los extraños el vino que es fruto de tu trabajo; sino que los que lo cosechan lo comerán, y alabarán a Jehová; y los que lo vendimian, lo beberán en los atrios de mi santuario. Pasad, pasad por las puertas; barred el camino al pueblo; allanad, allanad la calzada, quitad las piedras, alzad pendón a los pueblos. He aquí que Jehová hizo oír hasta lo último de la tierra: Decid a la hija de Sion: He aquí viene tu Salvador; he aquí su recompensa con él, y delante de él su obra. Y les llamarán Pueblo Santo, Redimidos de Jehová, y a ti te llamaran Ciudad Deseada, no desamparada.”

Isaías 62:1

 

A pesar de las muchas dificultades, luchas, y desengaños, hoy día miramos atrás con gozo y gratitud al ver el camino en que Dios nos ha traído, y vemos claramente la invitación de Dios a tomar Sus mandamientos y Su justicia en nuestros corazones, a renovarnos a Sus pensamientos, a atesorar la obediencia en el temor de Dios,  a amarle con todo el corazón, y a apreciar y a poner como prioridad Su reino. En la medida en que hemos tomado en serio Su invitación, hemos visto los resultados delante de nuestros ojos. El Salmo 100:3  nos dice, “Reconoced  que Jehová es Dios, Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos.”, y por ello reconocemos y glorificamos al Señor por lo que Él ha hecho entre nosotros, confiando que esta buena obra Él la esta perfeccionando.

 

Hoy en día nuestros corazones rebosan de gratitud a nuestro Dios por sus muchas misericordias, pero también rebosan de muchos sueños por lo que Él seguirá haciendo en los futuros años para edificar en muchas naciones una iglesia sólida, saludable, poderosa y santa para Su gloria.

 

 

Una Casa Espiritual

 

Si hay un pasaje bíblico que ilustra lo que Dios ha hecho en medio nuestro es Deuteronomio 10:20-21, “A Jehová tu Dios temerás, a él sólo servirás, a él seguirás, y por su nombre jurarás.  El es el objeto de tu alabanza, y él es tu Dios, que ha hecho contigo estas cosas grandes y  terribles que tus ojos han visto.” Dios ha estado escribiendo su maravilloso temor en nuestros corazones, que es el principio de la sabiduría. Dios ha estado preparando casa para sí. Según el profeta Ezequiel, la ley o norma de la Casa de Dios es la santidad a Jehová, es decir ser un pueblo separado, un pueblo que vive según la Ley de Dios, y le obedece de todo corazón. Creemos que Dios esta interesado en hacer de nosotros su Templo, una casa espiritual para ser luz y medicina a muchas personas, familias y naciones. Esta Casa espiritual aunque comenzó y tiene sus raíces en Nueva York, se está extendiendo a otras ciudades y países.

 

“También vosotros, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.”

I Pedro 2:5

 

Este edificio espiritual está hecho de piedras vivas, de nuestras vidas, de hogares y familias transformadas por el poder del Espíritu Santo en la obediencia a la Palabra, de hijos levantados en el temor de Dios y llenos de una vida radiante de virtud. Es indudable que uno de los ingredientes del templo de Dios es la oración. Dios nos dice que Él nos recreará en su casa de oración, y que su casa será llamada  Casa de Oración. Es en la oración en que vemos la presencia de Dios, Su gloria y poder.

 

“Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en este lugar;  porque ahora he elegido y santificado esta casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre.”

II Crónicas 7:15-16

 

Otro elemento importante de esta Casa de Dios es la comunión, el amor genuino en acción; es Dios amando a los perdidos y a Sus hijos a través de nosotros.

 

“Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;  y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,  alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.”

Hechos 2:44-47

 

Mas el carácter de la Casa Verdad Viviente es la santidad. Un pueblo que ama tanto a Dios que vive solo para agradarle, deleitándose en las riquezas y maravillas de la verdad de Dios. Un pueblo que sabe que por la maravillosa Gracia de Dios puede vivir en Justicia según la Ley de Dios. Un pueblo del Nuevo Pacto.

 

“¿Quién subirá al monte del Señor? ¿Y quién podrá estar en su lugar santo? El de manos limpias y corazón puro; el que no ha alzado su alma a la falsedad, ni jurado con engaño. Ese recibirá bendición del Señor, y justicia del Dios de su salvación. Tal es la generación de los que le buscan, de los que buscan tu rostro, como Jacob.”

Salmo 24:3-6

 

He guardado tus mandamientos y tus testimonios, porque todos mis caminos están delante de ti.”

Salmo 119:168

 

Nuestra Riqueza

 

Aunque Dios nos demanda y nos da la gracia para ser buenos mayordomos de las posesiones que Él ha confiado en nuestra administración, estamos persuadidos por la Palabra y por la experiencia que nuestros verdaderos recursos no son nuestras fuerzas, ni riquezas materiales, ni esfuerzos, ni nuestros grandes planes. Mas por el contrario nuestros recursos están en la oración, la confianza y fe en Dios, en esperar sus muchas misericordias, y en obedecer y poner por obra Sus Caminos.

 

“Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas; sólo tu eres Dios. Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad; afirma mi corazón para que tema tu nombre.”

Salmo 86:10-11

 

“Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre. Y mi pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo.”

Isaías 32:17-18

 

“El consejo de Jehová permanecerá para siempre; Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones. Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová, el pueblo que él escogió como heredad para sí. Desde de los cielos miró Jehová; vio a todos los hijos de los hombres;  Desde el lugar de su mirada miró sobre todos los moradores de la tierra. El formó el corazón de todos ellos; atento está a todas sus obras. El rey no se salva por la multitud del ejército, ni escapa el valiente por la mucha fuerza. Vano para salvarse es el caballo; La grandeza de su fuerza a nadie podrá librar. He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen, Sobre los que esperan en su misericordia, Para librar sus almas de la muerte, Y para darles vida en tiempo de hambre. Nuestra alma espera a Jehová; Nuestra ayuda y nuestro escudo es él. Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón, Porque en su santo nombre hemos confiado. Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros, Según esperamos en ti.”

Salmo 33:11-22

 

Una riqueza muy particular que Dios nos ha mostrado, la cual trae suma gloria a Dios, asegura la extensión del reino de los cielos, y el enemigo teme en gran manera, es la riqueza de nuestros hijos. Dios está  reedificando los cimientos antiguos a través de nosotros, mas nuestros hijos van edificar la casa sobre esos cimientos. Por ello estamos profundamente comprometidos en instruir a nuestros hijos en el Camino del Señor.

 

“¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos;  DE LA BOCA DE LOS NIÑOS Y DE LOS QUE MAMAN, FUNDASTE LA FORTALEZA, A causa de tus enemigos, Para hacer callar al enemigo y al vengativo.”

Salmo 8:1-2

 

“Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra …; para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, TÚ, TU HIJO, Y EL HIJO DE TU HIJO, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados… Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;  y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.”

Deuteronomio 6:1-2,6-8

 

Creemos fielmente que Dios llama a cada discípulo de Jesucristo a recibir el maravillosos regalo doble de la abundante Gracia y el don de la Justicia. Y a través de este regalo podremos reinar por medio de Jesucristo. Gracia es el poder Divino dentro del creyente para poder obedecer a Dios, mientras que la Justicia son las normas y caminos de Dios. De esta manera, de parte de Dios no sólo recibimos el querer (gracia) sino también el hacer (obediencia - justicia). Oh, gloria a Dios por esta gran riqueza. Este es el Nuevo Pacto: Dios derramando de su Espíritu Santo dentro de nosotros y escribiendo sus mandamientos en nuestros corazones.

 

“Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, LOS QUE RECIBEN LA ABUNDANCIA DE LA GRACIA Y DEL DON DE LA JUSTICIA.”

Romanos 5:17

 

Lo Que Hemos Aprendido

 

Y en todo este tiempo hemos aprendido que la clave para agradar a Dios y ser verdaderamente sus discípulos es la obediencia, buscar los caminos de Dios, andar en su justicia, en sus mandamientos, buscar sus consejos, e imitar sus testimonios.

 

“Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma;  que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?”

Deuteronomio 10:12-13

 

“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;  Y descendió lluvia y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina.”

Mateo 7:24-27

 

Durante estos años, hemos visto como Dios por su Gracia nos ha prosperado en su Verdad, en su Camino de Justicia, nos ha guiado con su poderosa mano, ha afirmado nuestros matrimonios y  hogares; en sus infinitas misericordias nos ha perdonado nuestras iniquidades, y nos ha abundado en bienes. Dios nos ha enseñado la importancia de andar en justicia (rectitud, integridad, honestidad), viviendo sus mandamientos y su verdad; también nos ha enseñado la restauración de la familia, la importancia y perpetuidad del pacto matrimonial, la bendición de tener muchos hijos según Él nos vaya dando, libertad financiera, el sacerdocio del creyente, la educación por principios bíblicos, los muchos cursos, seminarios, y talleres de capacitación y discipulado, entre muchas otras cosas. A la verdad que se cumple que nuestro Señor Jesucristo edificaría su Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerían contra ella.

 

Las palabras del profeta Isaías en el capítulo 35 calan perfectamente en este contexto, donde nos dice que  el desierto se alegrará, se regocijará y gritará de júbilo al verse florecer y al recibir la gloria del Líbano y la majestad del Carmelo. Nuestras vidas cual desierto han experimentado una parte de la plenitud de estas palabras. También agrega el profeta que ellos verían la Gloria del Señor, y creo que hemos recibido un poco de esto y aún esperamos más. Pero sobre todas las cosas, y lo que trae gozo al corazón de nuestro Dios es que andemos conforme a su Palabra y su Sabiduría, del cual Isaías llama el Camino de Santidad.

 

El desierto y el yermo se alegrarán, y se regocijará  el Arabá y florecerá como el azafrán; florecerá copiosamente y se regocijará en gran manera y gritará de júbilo. La gloria del Líbano le será dada, la majestad del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria del Señor, la majestad de nuestro Dios. Fortaleced las manos débiles y afianzad las rodillas vacilantes. Decid a los de corazón tímido: Esforzaos, no temáis. He aquí, vuestro Dios viene con venganza; la retribución vendrá de Dios mismo, mas El os salvará. Entonces se abrirán los ojos de los ciegos, y los oídos de los sordos se destaparán. El cojo entonces saltará como un ciervo, y la lengua del mudo gritará de júbilo, porque aguas brotarán en el desierto y arroyos en el Arabá. La tierra abrasada se convertirá en laguna, y el secadal en manantiales de aguas; en la guarida de chacales, su lugar de descanso, la hierba se convertira  en cañas y juncos. Allí  habrá una calzada, un camino, y será llamado CAMINO DE SANTIDAD; el inmundo no transitará por él, sino que será para el que ande en ese camino; los necios no vagarán por él.”

Isaías 35:1-8

 

Nuestra Fortaleza e Inteligencia

 

La Escritura dice claramente que nuestra inteligencia y prosperidad radica en la medida que obedecemos a Dios. En obedecer los mandamientos y temer a Dios  está la riqueza, honra y vida. Hemos visto que nuestros hijos son más inteligentes,  capaces de discernir entre el bien y el mal, más hermosos, saludables, radiantes y fuertes. De igual manera las mujeres se han hecho sabias, prudentes, diligentes, cumpliendo muy bien su función de ayuda idónea. Nuestro bebés nacen fuertes, inteligentes, saludables, bajo autoridad. Y los hombres han demostrado sacerdocio y liderazgo espiritual, responsabilidad, y comprometidos en su pacto con su familia , con su nación y con su Dios.

 

“Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra …..  Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta.  Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?”

Deuteronomio 4:5-8

 

“Riquezas, honra y vida son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová”

                                                                                                          Proverbio 22:4

 

“El temor de Jehová es enseñanza de sabiduría; y a la honra precede la humildad.”

Proverbio 15:33

 

“Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, Que anda en sus caminos. Cuando comieres el trabajo de tus manos, Bienaventurado serás, y te irá bien.  Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa.  He aquí que así será bendecido el hombre Que teme a Jehová

Salmo 128:1-4

 

Nuestro Compromiso

 

Estamos comprometidos a ser verdaderos adoradores, proclamando el señorío de Jesucristo y obedeciéndole en todo según el poder de la resurrección y del Nuevo Pacto, a establecer el Reino de Dios,  haciendo discípulos. Esta es la vocación de nuestra vida, nuestra prioridad y propósito de vida.

Nuestro compromiso es tratar en el poder y gracia del Espíritu Santo obedecer a Dios, y en esa obediencia ver realizado el Mandato de Dominio (Génesis 1:28), y el Mandato de la Gran Comisión (Mateo 28:18-20).

 

“Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.”

Génesis 1:28

 

“Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.  Por tanto, id, y HACED DISCÍPULOS A TODAS LAS NACIONES, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;  ENSEÑÁNDOLES QUE GUARDEN TODAS LAS COSAS QUE OS HE MANDADO; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”

Mateo 28:18-20